28.12.16

20 17

Trae lluvia y días grises,
menos juicios y más bises.

Trae también un par con luz y bienestar,
de los que nos empujan a querer la realidad.

A mí, unas alas para volar,
un ancla para quedarme,
horas para controlar
y un calendario que corra a mi favor.

A nosotros, hueco para el valor,
un balcón de par en par,
viento de nuestra parte,
y ruinas o palacios, me da igual.

Y que lo más bonito siga siendo el arte, que no falte,
ni siquiera a los cobardes que pasen de luchar.
Que les sobre a los valientes que se atrevan mirarte,
y les cure las heridas cuando rompan a llorar.

¿Sabes?
Nos contaron que "el amor está en el aire",
aunque nadie se lo traga entre tanto dolor.
No seré princesa pero te concedo un baile:
veinte diecisiete, dale tregua al corazón.

10.12.16

Qué poco escribo.

¿Se me habrá curado el corazón?  ¿Me estaré haciendo mayor y se están dando de hostias mi inspiración y mi rutina? Me siento plena en la vida y plana en la escritura, me vuelvo a creer lo de “donde duele inspira” y flipo con las sonrisas que hemos pintado sin pintura.

Pienso en que he bailado al ritmo de no sé cuántas pulsaciones en todo este camino, lo que es magia para alguien que para dar un paso se pide a sí misma como 300 motivos.

Me estoy dando cuenta de que no tengo el alma partida, sino repartida entre los corazones que me ha lanzado el destino, a los cuales he ido quitando piezas y piezas ellos me han cogido. Así que tuve y tengo algo de todos y poco más de lo mío, e incluso hubo un tiempo en el que dije “que no, que ya no río”. Ahora sé que no es cierto, que no es un buen plan, que siempre hay donde mirar; y  que la poesía y lo de dentro están mucho mejor compartidos.

Os prometo, me prometo, que hoy me da igual tener mucho o poco, o que duela más con el frío, que la suerte de poder mirar esos ojos me es más que suficiente para llenar todo el vacío.

Por querer. Verano 2016

Renegando hasta agotarme de quienes prometen utopías al personal. Y sin embargo, visualizando otras,  trazo a trazo, creando sola un boceto entorno a las cuentas pendientes conmigo.

Renegando de las utopías, así, porque no hay quien las toque. Pero esbozándolas porque alientan.

Más allá de lo meramente personal y ególatra, te digo, no, te grito que me dibujes una, que nos dibujes una. Que le pongas rosas blancas y me añadas a mí también, que dejes espacio para lo más bonito, sea lo que sea, sea cuando tenga que ser. Aunque mejor sin relojes, y sin un calendario, porque tienen las hojas afiladas y no quiero que nos abran las venas en canal para robarnos los días, como siempre. Dibújala o escríbela, sólo hazla bien guapa, ponle primavera también.

Reniego por esa absurda sensación de haber rozado alguna.

Reniego porque ese espacio que te pido para lo más bonito, realmente es espacio para la capacidad de traer el mejor boceto sólo con los brazos y una mueca de las divertidas. Reniego porque eso es lo más idílico que ocurre, y como todo, tiene un final.

Igual. 2016.

Igual que apurar el chupito, que esperar la tormenta o que aguantar el sueño. Tranquila. Sabiendo que lo que viene es negativo, pero con ganas. Con ganas de que duela.

Igual que recordar los trenes que se han ido, que intentar descifrar las vías por si volviesen a pasar. Sin miedo, siendo consciente de que no va a ser peor de lo que fue. Intentando manipular la nostalgia para que deje de ser equitativa en su composición: puñaladas y adrenalina caduca. Manipularla para que sólo quede la segunda.

Igual que abrir cicatrices, que añadir alcohol. Confesándome que no está bien, que sólo los idiotas van por ahí con el corazón expuesto, sólo los idiotas. Incluso cuando la exposición tiene un aforo limitadísimo y un derecho de admisión más subjetivo y estricto que las leyes que te impones después de que te arranquen el alma. 

Tus leyes. Las mismas que rompes porque eres idiota, con tu exposición y esas mierdas que no interesan a nadie.

Sólo un propósito. 12-2015

Continuar aprendiendo. 

A perder menos los papeles y a organizar los días con menos rigurosidad. A pedir disculpas y a decir “no” sin tener enfrentamientos corazón versus razón. A quererme un poco más y a querer mejor al resto. A dejar de llamar oportunidades perdidas a lo que ya son recuerdos, y alegrarme por quien las hizo suyas. A seguir buscando lo que quiero ser y luchar por serlo.

En fin, continuar aprendiendo a apreciar aquello que viene sin quitar espacio a los sueños.