6.2.17

Boca abajo.

Qué jodido que llegaras a deshora
robando las palabras que quería encadenar.

Qué jodido y qué bonito cuando estamos a solas,
volteas mi universo y abres puertas pa’ escapar.

Qué jodida la poesía cuando lo único que tengo es partida el alma.
Qué jodido y qué curioso que el papel se quede en blanco justo cuando me salvas.

Sí.

Cuando me salvas.

Y yo ahí.

Con mis valores como armas.
Un mundo que revienta a mis espaldas.
Dos corazas que tú ablandas
en cada lucha interna que resuelves con tus palmas.

Con calma.

Qué jodido destapar corazones en lugares tan insanos,
que des vueltas por las ramas,
que traces esa línea que separa
mirar mis debilidades de tenerlas en tus manos.

Otras manos.

Confiamos.

Qué jodida y que perfecta tu mirada,
que abrasa mis inviernos y congela mis veranos.

Qué jodida, rey, tu facilidad para tocarme y dejar to’ desordenado.