27.10.13

Claro.

A lo largo de nuestras vidas todos nos equivocamos. Desde que tenemos uso de razón es aconsejable hacer una lección de cada error. Y es bueno vivir sabiendo pedir disculpas por hacerlo mal y perdonar, al menos una vez por cagada, a quien falla.

24.10

Lo primero que echamos de menos es el vacío que dejan las sensaciones, después, la procedencia de éstas.
Añoro sentir ese tacto especial en las yemas y entre mis dedos, darle vida, su olor, su sabor. Añoro volar, volar contigo y volar con ellos, que nos encontremos por los cielos de la confusión. Con mora o con cartón. El chispazo mental; como un chasquido en la sien que habla y dice “ahora sí”. Añoro las risas constantes, las que vienen de una simple mirada o las que son más elaboradas. La alegría de que haya buena cosecha y el humo que se la lleva. A izquierdas o a derechas. Añoro enganar, que me engañen, el fifty-fifty de buenas. Y perder la noción del tiempo, reír hasta no poder más, dormir en sus encantos, que me ayude a dejar de pensar.

30.9

Es extraño eso de “asimilar” que algo va a ocurrir o, en el peor de los casos, que haya ocurrido. ¿A qué os referís? ¿A darle muchas vueltas hasta que te des cuenta de que has desperdiciado un montón de tiempo en imaginar cómo va a ser el futuro? Y cabe recordar que es el mismo futuro que puede variar por cualquier decisión tonta y, a la vez, por cualquier cosa de esas que “hay que asimilar”.
Incluso se podría decir que lo que intentamos asimilar es el futuro, y mientras lo hacemos éste se hace presente y luego pasado; y nosotros en nuestras trece de asimilarlo cuando ya casi ni tiene importancia.
Entonces, para qué vale asimilar, si somos impredecibles, si el mundo es impredecible. Para qué he pensado tanto en irme, si ahora estoy aquí y la inseguridad es la misma por más vueltas que le haya dado; para qué he pensado que tengo que ser fuerte, si eso es algo que llevo a fuego en la piel; por qué tenemos miedo a lo nuevo aún conociendo la mierda que conocemos.

Lo que pasa es que va a ser que toda esa mierda tiene su encanto, y que asimilar, asimilamos, pero cuando ponemos los pies en la tierra. Y al fin y al cabo es topar con la realidad, nada que no hayamos hecho antes.

12.9

No tenemos fechas especiales, ni aniversarios. No “tenemos” una canción. Tampoco un sitio que hayamos hecho nuestro, o un regalo que nos acompañe. Y, sin sonar lo suficientemente arrogante como para molestar, puedo sonreír diciendo que hoy por hoy soy feliz.
Así que, dentro de lo malo que supone irme a tomar por culo, tengo la seguridad de que no voy a sufrir mucho en un fecha, sino que todos los días habrá recuerdos que serán presente; sé que no habrá una canción que me parta en dos; ni algo que me acompañe y sea capaz de quebrarme el cerebro.

Está claro que el zurdo va a llorar por todo y por todos, pero si hablamos de corazón; no puede para el bumbum si quiere vivir y volver.

19.8

Vosotros con vuestros “para siempres” que duran dos suspiros. Nosotros, con nuestros suspiros que duran hasta ahora.