31.12.12

2012.


Tuve iniciativa, tomé una buena decisión, y alguna otra más; conocí gente y salí de fiesta. He estudiado y he sido consciente de que me juego parte del futuro. También sé que el futuro de antes ahora es mi presente y que en un pasado, entonces, no lo hice tan mal. Perdí a alguna persona, en algún sentido, y no dejo de arrepentirme. Mentí y me pillaron, por las tantísimas otras veces que no lo hicieron. He besado queriendo. Abracé siempre por necesidad. Me reí hasta llorar, y casi siempre con la misma gente; y esto es de agradecer. He sentido rabia y tristeza hasta llorar y no siempre por la misma gente. He discutido poco, y, para mí, como cabezona profesional, sigo teniendo razón en las discusiones no resueltas. Me ha dolido el corazón, lo que es una sensación nueva, y con ella otras tantas más. Salté en conciertos, impulsada por los subidones de adrenalina y por la música. Estuve a punto de arrancarle la cabeza a varias personas, pero me puede la conciencia; y a punto de abrazar a otras varias, pero me puede la vergüenza. He aprendido lo que es querer a alguien un poquito más cada día. A pesar de todo, no consigo esa capacidad que tiene alguna gente antes de morir; ¿sabéis? Lo de aceptar la realidad es que se me queda muy, muy grande.
No espero que os enteréis de lo que he hecho, sino que recordéis qué habéis hecho conmigo, y que el recuerdo sea bueno. Dicen que recordamos más las buenas cosas que las malas, pero que no olvidamos las malas que nos sirven como lección...Espero haber dado pocas lecciones y muchos buenos recuerdos.
Como siempre, a unos os quiero y a otros pues no. Sería injusto decir que sí a todos, pero espero que parte de vosotros, al menos a los que quiero, en algún momento me necesitéis; porque si no nos necesitan, no somos nada. Hablo de necesidad cuando lo importante es qué somos, no qué parecemos.
No seas muy hijo puta 2013.

14.11.12

Buenas noches.

Echarle de menos antes de que me dé las buenas noches. Quererlo un poco más porque lo haga. Volver a mirarle a los ojos para que se me olvide lo de añorarlo. Cerrar la puerta sin él y volver a la realidad.

6.11.12

J.

Que si tienes celos sean de mis sábanas por abrazarme a diario, que si te vas por las ramas vuelvas para decir lo que me gustaría oír, que si lloras de tristeza o rabia pueda estar delante para evaporar lo que provoca esa reacción, que si protagonizas un final sea el que da paso al principio de una sonrisa, que si vas a mirar al futuro dejes que me asome; que si vas a caer, el tiempo que estés ahí bajo no pase en balde. Y si ese tiempo lo dedicas a intentar quererte, a entender por qué te quiero; es entonces cuando entenderás qué valoro, en quién confío y cómo me siento si tienes celos, si te vas por las ramas, si lloras de tristeza o rabia, si protagonizas finales que no tienen que ver nada con sonrisas, si miras al futuro tú solo o si caes sin confiar en que estaré.

4.10.12

Si pudierais entender.

La guerra entre palestinos e israelíes.
La crisis económica mundial.
Las numerosas víctimas por violencia de género.
La pederastia.
El acoso escolar en todos los niveles de violencia.
Las muertes por hambre en países tercermundistas, y en el tuyo propio.
Incendios y huracanes, entre otros desastres naturales.
Enfermedades infecciosas, degenerativas o crónicas.
Trastornos mentales.
Familias que se desestructuran por diferentes causas. 
Encarcelación de inocentes.
Liberación de culpables.
Racismo.

Fíjate si hay problemas en el mundo, además de los que faltan, y causantes de éstos para despreciar. Son injusticias puras y duras, hechos que nos hacen retroceder, que nos hacen menos humanos. Adonde quería llegar era aquí: son problemas, sí, con soluciones difíciles; ¿sabes qué no tiene solución? Que dos personas del mismo sexo se gusten o se quieran. ¿Sabes por qué no tiene solución? Porque no es un maldito problema. ¿Sabes cuál es el problema? Tú y toda esa gente que piensa como tú, y vosotros sí tenéis solución; los que os podéis añadir a la lista de arriba con dos nombres a elegir, como: ANTICUADOS PREJUICIOSOS EN PLENO SIGLO XXI, o bien, como: HOMÓFOBOS. ¿Sabes qué más? Añadiría un "de mierda" después de lo de "homófobos", pero tengo la cabeza sobre los hombros.


(Pd: no dirigido a personas de la tercera edad, quienes tras una vida de costumbres diferentes a las actuales y otras ideologías, suelen ser incapaces de concebir ciertos hechos; los demás que pensáis así tenéis difícilmente escusa.)

9.8.12

Es ahora.

Ahora es cuando acaparas mi atención, indagas en mis pensamientos, ocupas todo aquello que puedo imaginar. Ahora es cuando me doy cuenta de que empiezas a ser imprescindible. Ahora es cuando el miedo es el sentimiento que llevo a flor de piel. Ahora es cuando los suspiros no liberan más que nerviosismo. Ahora es cuando las ganas de tenerte a mi lado hasta que me duerma quieren hacer los deseos realidad. Ahora es cuando todo esto te lo debería estar diciendo a la cara. Ahora es cuando no estás aquí. Y ahora cuando no te doy un beso de buenas noches.

18.6.12

Estás siendo.


Yo lo sé, y tú también; y con eso basta.
Es tan sencillo como no abandonar, como no dejar de ser tú, de ser especial. Tan fácil como que la causa sea que me sonrías y el efecto que me quede contigo; para oír que alguien diga con seguridad y sinceridad que todo irá bien, para ser conscientes de que los tiempos peores pueden haber pasado o pueden estar por venir y de que hay que afrontarlos, para disfrutar del tiempo que los “te quiero” vayan durar…Para que la S de cada “adiós” sea el principio de un “sabes que cada segundo te echo más de menos y me haces menos infeliz.”

31.5.12

Por quien sonríe.

Sois toda esa gente que me hace sonreír tanto en el presente, como recordado momentos del pasado y, también, mirando hacia el futuro.
Dicen que las palabras se las lleva el viento, pues lo cierto es que intento hacer huracanes de mi memoria para poder retener algunas.
Esta vez quiero que se de por aludida toda esa gente, sí, la que me hace sonreír, la que no retira el saludo ni la sonrisa al saludar; es importante, es lo mínimo que podemos hacer por los demás. Por eso ya no quiero dar las gracias a quien me felicita, que al fin y al cabo ahora con lo de las redes sociales, y tal, todos lo hacemos. Sino que quiero dar gracias a quien cada mañana ilumina con una sonrisa o una mirada las caras de los demás, porque esas sonrisas mañaneras son ánimos si el bajón se asoma con la noche.
Me empiezo a poner empalagosamente sentimental, y como que no es lo mío, lo mío ya sabéis que podría decir que soy yo, pero que mentiría porque sois vosotros: los que demostráis que estáis ahí, los que me leéis, los que me escucháis, los que aceptáis mis consejos, los que aguantáis mi histeria, los que recibís mi peor comportamiento, los que me felicitáis, los que me dais las gracias, los que sonreís al saludar; y, por supuesto, los que hacéis varias de estas cosas a la vez, o todas, o todas más las que me dejo por nombrar.
Gracias.
Un año más, o menos, y las ideas en caliente siguen con esa manía de volverse frías cuando se nos escapa la imaginación.

12.4.12

Si no me fallas.

Con calma, sin depender, despacio, con ganas, sin llantos, cerca, con nervios, sin agobios, sintiendo, con sonrisas, sin perder, siguiendo; y notas que a pesar de los problemas paralelos hay una parte de tu vida que fluye y que está bien. Con que eso fluya todo lo que parece importante y horrible pasa a ser menos importante, pero más feo en comparación. Porque cuando todo parece malo no hay con qué comparar, luego, cuando aparece algo bueno lo malo es más malo pero menos importante; y las películas mentales son más cortas, más feas y más escasas.
Así me di cuenta de que había tema entre nuestros momentos y en lo que creemos que puede ser real.

4.3.12

Desgasta.

Sé que he aprendido algo, que la experiencia sirve, cuando veo mis problemas del pasado reflejados en los actuales problemas de otras personas. Me pone triste, al igual que me pone como melancólica el hecho de no haber cambiado, de seguir siendo la misma de siempre pero un poco más fuerte y algo menos infeliz. 
Será que echo de menos equivocarme en cada paso, o que me había acostumbrado a esos nervios que atacan cuando sabes que haces las cosas mal y esperas que nadie se entere, o que soy tan "yo" que añoro la incertidumbre aún odiándola.
Supongo que conforme el orgullo, la vergüenza, la rabia, el rencor y el miedo se pierden en pequeñísimas dosis, noto como que trocitos que me pertenecen y que han ido conmigo desde que tengo uso de razón, me abandonan;  y es positivo, y yo pienso demasiado, o demasiado poco.
Quisiera evitar que se sienta así nadie, quisiera que no se equivocaran, pero nuestros errores son más nuestros que los aciertos; o por lo menos nos quieren con más ganas, ya ves que se agarran con una increíble fuerza persecutoria.

8.2.12

Si no es real, despiértame.

No quiero que sea el tiempo el que se haga cargo de esto. Me apetece saber más, tengo curiosidad por saber qué pasará; es extraño, al menos para mí. Estoy sintiéndome algo miserable sin tener siquiera un motivo demasiado grave, o sí.
Creo que nunca me había sentido cohibida o extremadamente feliz, no sé como llamarlo, porque alguien se preocupase por mí, porque pusiesen mis intereses por encima de los suyos…Puede parecer una inmensa tontería, a mí no. 
Supongo que sé qué es lo que no quiero: no quiero que las oportunidades pasen sin haberlas visto de cerca e investigado por dentro.
Soy yo, la que se preocupa por saber si lo que le importa será una tontería a ojos de quien le importa, la que va a demostrar lo que cree que es real, la que no tiene miedo de caer. Soy yo, otra vez, ahora sin películas mentales.

27.1.12

Dentro está el argumento.

Supongo que hay casi tantos tipos de portadas como personas en el mundo. Siempre es lo primero que se ve, la primera impresión, el primer contacto; no es habitual encontrar un libro sin portada, al descubierto, entregando todo lo que tiene que ofrecer; es realmente extraño que ocurra eso, casi imposible conforme está el mundo.
Y es que para conocer, hay que leer. Si no me lees, no sabrás de qué va el argumento, porque mi portada tiene poco que ofrecer. Pero no quería hablar de mí, no del todo. Sino de cuando lees a alguien, te gusta lo que has leído y lo dejas ahí. Quizás hayas sacado un lectura positiva, y aún así, por la puta portada, te quedas paralizado.
¿Sabes qué estaría bien? Que una vez que leyésemos pudiéramos arrancar las portadas; sí, dejarlas a parte, mirar dentro, leer todos los párrafos, investigar cada línea, mirar entre éstas, ver como se enlaza cada palabra con la que le sigue, observar cómo las letras forman esas estructuras que le dan sentido a lo que somos, ser lo que las palabras que nos definen digan, decir lo que sentimos, sentir todo lo que nos dan, dar lo que necesitamos demostrar, demostrar lo que queremos; y querer volver a leer, arrancar portadas y añadir unos puntos suspensivos en el lugar del final. No dejar que nuestra propia historia acabe demasiado pronto por pereza, no acabar las historias de los demás por descaro, orgullo o miedo…

14.1.12

A quien nunca sabe nada.

Elige bien, vaya. Observa y se consciente de lo que pasa por la cabeza de cada persona, de lo que quieren realmente; date cuenta de si eres tú lo que pasa y de si eres tú lo que verdaderamente quieren. La persona que sepa encajar tus decisiones, aceptarlas, echarte una mano y apoyarte, es quien de verdad tiene un corazón enorme. Recuérdalo, y recuerda que por decir las cosas como se sienten no hay que sentirse tonto; recuerda, especialmente, que si das algo a quien te quiere, recibirás mil veces más: que si estás con quien te quiere, acabarás queriendo. 

3.1.12

Ni sentirse tonto, ni ninguna de esas cosas.

Si te sientes solo, mal, apartado, inferior, poco querido, tonto, estúpido o incomprendido, o todo al mismo tiempo. Si te sientes o has sentido alguna vez así, sabes perfectamente lo que tienes que hacer; yo hice algo, luego me he dedicado a escribir cosas como esta, y aún así vuelvo a paralizarme de vez en cuando de nuevo.
No es una tontería necesitar que te duelan las córneas de mirar a otra persona, que te pese la cara de gesticular por no saber como reír de más formas, que te escuezan los labios y se te inyecten en sangre, que se te paralicen las manos de tenerlas tanto tiempo presionadas, que te duela la garganta por gritar y no dejar de decir lo que sientes, que te duelan los oídos por escuchar ésas canciones, que el sueño no te venza con tal de estar despierto en la mejor de las realidades…No es una tontería necesitar que te quieran con fuerza.
Sé que no, ¿y tú? Créeme siempre que te haga sentir mejor.