14.11.17

Otoño

Vino a manchar el papel
con su perfecta complejidad,
con sus ganas de más,
de jugar y perder,
de apostar a joder,
de ganar sin ganar.

Vino a ser lo que no puede ser
con su imperfecta fugacidad.
Adelantando el atardecer.
Robando el querer.
Miento,
el enamorar.

Trajo también este frío,
que de frío no tiene nada;
cuatro hojas caducas y raras;
y un viento casi inmoral,
con tal rompernos las alas.

Apuesta a joder y a veces nos gana.
Como no es la primera vez,
sabemos contar hasta cien;
y si no nos dejan volar, soñamos desde la ventana.

Vino a traer la impotencia,
con malas noticias y con condiciones.
Vino ignorando nuestra resistencia.
Lo dije una vez: si nos cierran las puertas, abrimos balcones.

7.11.17

511

No es cosa de la paciencia,
aunque no digo "no" a un respiro.
Me sobra pensar y la ciencia
cuando el recuerdo me grita al oído,
e insiste, incansable en tornarse olvido.

Doy lo que soy, soy lo que digo,
doy lo que soy y soy lo que escribo.
Te digo: “no sé si me voy o te has ido”.
Me dices, me digo: “no sé de qué hablas”.
De romper lo irrompible con sólo palabras.
Un “adiós” este otoño me suena a crudeza,
me suena a principio y final de una historia macabra.

Son dos de cal por una de arena,
¿Lo entiendes? No me compensa.
Si un día la cuerda no está tan tensa,
que sean una de fuego, una de gas y otra de cera.
Por dar brillo a la espera,
por si entonces ardiera
e iluminara lo que merece la pena,
por si, por suerte, lo vieras.

Si igualas la cal y la arena,
avanzamos en la carretera.
Te juro que muchos quisieran,
que nadie la ha visto siquiera,
que por eso la llaman felicidad plena.