Es trágico porque la vida huye,
porque nunca nos conocimos.
Está mal porque nadie pregunta por qué no,
porque es raro reconocer que no hay respuesta.
Cómo duele ver llorar a quienes queremos.
Sin embargo, pagaríamos por ver lágrimas de quien no está,
por toda la vida que implicaría eso.
Dolor es un nudo en la garganta,
echar de menos a quien nunca estuvo.
Felicidad es tener a alguien,
querer a quien todavía no ha llegado.
Nunca es tarde, menos cuando lo es,
menos cuando esperar no significa nada y
quien se ha ido no volverá.
Nunca no, pero ahora no es tarde para mil cosas,
descartando esperar y tener miedo.
Estamos tardando.