21.4.13

Entra.

Existen las personas que contemplan, las que participan y las que protagonizan. Y otra cosa no, pero si la vida nos cede algo es el protagonismo de ésta.
Ni vivir rápido y morir joven, ni llegar a viejo con la sensación de que ante tus ojos se está yendo y se ha ido  todo aquello que tiene valor y no has disfrutado. Y todo aquello que tiene valor y de lo que podemos disfrutar no es otra cosa que las situaciones y las personas que se mueven en ellas. Cada individuo que pasa por tu vida y no te paras a conocer, es como cada libro que tienes entre manos y no abres; que no hay tiempo para todos, cierto, por eso duelen tanto los “y si…” Cada palabra que viene de cualquiera, cada sonrisa que lleva tu nombre, tiene valor si la sinceridad se ve en los ojos.
Bien, y esta gente protagoniza, participa o contempla, todo depende de las puertas de tu mundo que estés dispuesto a abrir y de los marcos que cada persona quiera atravesar por ti. Todos tenemos varias vidas que protagonizar, una individualmente y el resto acompañados; tenemos un montón más en las que participar; y todas las anteriores para contemplar lo que es natural y lo que no.
Es cuestión de valor el protagonizar o participar en aquellas situaciones que nos gusta o nos jode contemplar.

14.4.13

Cualquiera.

Esa persona que con mirarte hace que la capacidad de levitar forme parte de ti; quien tiene una sonrisa que conlleva otra procedente de tu cara de inmediato; aquella que es capaz de regalar un abrazo que automáticamente se convierte en fuente de alegría pura; quien acariciando hace que los sentimientos se expresen con un escalofrío acogedor. Es la persona que posee la mano a la cual te aferrarías sin motivo, sólo por el hecho de que puedes; la misma que puede llegar a hacer que sientas cómo un terremoto de una magnitud desproporcionada brota de tu interior.
Y, te haga sentir mejor o peor, es quien eres cuando alguien te quiere con fuerza.