Existen las personas
que contemplan, las que participan y las que protagonizan. Y otra cosa no, pero
si la vida nos cede algo es el protagonismo de ésta.
Ni vivir rápido y
morir joven, ni llegar a viejo con la sensación de que ante tus ojos se está
yendo y se ha ido todo aquello que tiene
valor y no has disfrutado. Y todo aquello que tiene valor y de lo que podemos
disfrutar no es otra cosa que las situaciones y las personas que se mueven en
ellas. Cada individuo que pasa por tu vida y no te paras a conocer, es como
cada libro que tienes entre manos y no abres; que no hay tiempo para todos,
cierto, por eso duelen tanto los “y si…” Cada palabra que viene de cualquiera,
cada sonrisa que lleva tu nombre, tiene valor si la sinceridad se ve en los
ojos.
Bien, y esta gente
protagoniza, participa o contempla, todo depende de las puertas de tu mundo que
estés dispuesto a abrir y de los marcos que cada persona quiera atravesar por
ti. Todos tenemos varias vidas que protagonizar, una individualmente y el resto
acompañados; tenemos un montón más en las que participar; y todas las
anteriores para contemplar lo que es natural y lo que no.
Es cuestión de valor
el protagonizar o participar en aquellas situaciones que nos gusta o nos
jode contemplar.