Ese tiempo en el que parece que todo va genial, que le encuentras sentido a estar solo y con los demás: cuando notas algo de alegría de nuevo…¡PUN! Un disparo verbal, seco, profundo, contundente y con rabia. Se acabó. Pues bastante estaba durando.
Ha sido culpa mía, ¿no? No se suele disparar así porque sí.
Hay que pensar antes de disparar, hay que pensar antes de provocar un disparo.