Yo lo sé, y tú también; y con eso basta.
Es tan sencillo como no abandonar, como no dejar de ser tú,
de ser especial. Tan fácil como que la causa sea que me sonrías y el efecto que
me quede contigo; para oír que alguien diga con seguridad y sinceridad que todo
irá bien, para ser conscientes de que los tiempos peores pueden haber pasado o
pueden estar por venir y de que hay que afrontarlos, para disfrutar del tiempo
que los “te quiero” vayan durar…Para que la S de cada “adiós” sea el principio
de un “sabes que cada segundo te echo más de menos y me haces menos infeliz.”