7.11.17

511

No es cosa de la paciencia,
aunque no digo "no" a un respiro.
Me sobra pensar y la ciencia
cuando el recuerdo me grita al oído,
e insiste, incansable en tornarse olvido.

Doy lo que soy, soy lo que digo,
doy lo que soy y soy lo que escribo.
Te digo: “no sé si me voy o te has ido”.
Me dices, me digo: “no sé de qué hablas”.
De romper lo irrompible con sólo palabras.
Un “adiós” este otoño me suena a crudeza,
me suena a principio y final de una historia macabra.

Son dos de cal por una de arena,
¿Lo entiendes? No me compensa.
Si un día la cuerda no está tan tensa,
que sean una de fuego, una de gas y otra de cera.
Por dar brillo a la espera,
por si entonces ardiera
e iluminara lo que merece la pena,
por si, por suerte, lo vieras.

Si igualas la cal y la arena,
avanzamos en la carretera.
Te juro que muchos quisieran,
que nadie la ha visto siquiera,
que por eso la llaman felicidad plena.

No hay comentarios: