Desanudar y aclarar la garganta.
Deshacerme del ancla.
Retar a mis demonios,
a ver si se piran, si saltan.
Recordar la canción que ya nadie canta.
Inhalar, exhalar. Un suspiro.
Hacer un all-in con la vida y no cartas.
Caer en picado al vacío.
Renovar adrenalina que ya caducó,
conseguir una dosis no tan oxidada.
Sumergir las heridas en todo ese alcohol.
Revolucionar corazón, mente y alma.
Abrir los ojos al
ras de la tierra.
Desplegar con dureza las alas.
Mandar el deber a la mierda.
Volar sin pensar en el alba.
Hacer un hoy distinto al ayer.
Decirle al querer:
“No sé lo que quiero
y no tengo ni idea de qué me hace falta”
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